La crisis económica ha hecho mella en el retorno del capital y los intereses correspondientes a los créditos bancarios en Venezuela, en un mercado que hasta el mes de diciembre de 2010 acapara la astronómica suma de 173,20 millardos de bolívares.
En efecto, las acreencias en el sector han experimentado un alarmante aumento de más de 90% en la cartera demorada, lo cual refleja indudablemente una fuerte desaceleración en la frecuencia de pagos que deben honrar los prestatarios.
Dicha ralentización ha podido observarse en diversas áreas de crédito, como aquellas correspondientes a obligaciones asumidas por los sectores comercial, agrícola, inmobiliario, de tarjetas de crédito y vehículos, entre otros.
Si bien, ello no constituye una primicia sino una consecuencia natural de la contracción económica, creemos que se trata de un asunto que debe llamarnos a la reflexión, ya que no basta con hacer la mejor selección en los prospectos beneficiarios del crédito; resulta igualmente necesario poner en funcionamiento los mejores sistemas y equipos para el control de las acreencias, procurando así óptimas respuestas de pago y demoras razonables en el retorno de los capitales objeto de financiamiento.
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